A veces me pregunto qué sería de mi vida sin el tejido, especialmente el macramé. Fue mi primera experiencia con el arte de tejer, y creo que ha sido la única en cuanto a técnicas se refiere. Llegó a mi vida de una manera especial y, poco a poco, la ha transformado por completo. Comparto esta reflexión porque me gustaría que otras personas pudieran descubrir todo el aprendizaje que esta técnica tiene para ofrecernos.
En el macramé, te das cuenta de que muchas cosas que parecen simples a primera vista, al detenerte un momento para apreciarlas, revelan una profunda inspiración. Ves el trabajo, los pensamientos y los movimientos que se entrelazan, como una danza que haces con las manos.
El macramé te invita a encontrar un equilibrio mental, un espacio en el que puedes regalarte un rato de paz y concentración.
¿Qué sientes al tejer o al realizar alguna actividad con tus manos?